lunes, 26 de abril de 2010
De sábado a domingo
"Butterfly No.1". Fritz Scholder
Una vez más, doy vueltas en mi cama sin poder dormir. Maldíto insomnio que daña y lastima, que se queda con ese sentimiento de impotencia e inutilidad, recordándome que no puedo hacer nada.
Tu tan lejos y yo tan sola.
Y asi sucedió nuestro tan esperado encuentro hace una semana. Tenerte cerca me hizo bien. Esa noche dentro de paredes amarillas, mi canto surgió despues de haber estado en silencio; el deseo atrapado, tan ansiado, dio perfecto resultado. Sè que tratabas de huir, pero no pudiste ir a ningun lado, me aseguré de que mis piernas te ataran. Siendo sincera, no te conviene escapar...No te conviene. Jamás encontraras a alguien tan ansioso por hacerte feliz.
En ese cuarto de sábanas blancas no existieron mentiras, solo la verdad que duele y que gusta, que nos enseña que no es cuando queramos sino cuando los caminos se alineen y no hablabas ni antes de irnos a dormir, tu silencio me hacía pensar. Lo que no decías con sonidos lo expresabas con la mirada y no tuviste que decir "miedo" para saber que lo estabas sintiendo. Trataste de evitarme, pero ahora estoy grabada en tu memoria y aunque cambies de opinión, la mente es bien cabrona. Te garantizo que después de mí, nunca va a ser igual. (Las últimas conversaciones que tuvimos, me dió la impresión de que todavía te duele lo que pasó. Me gustaría sacarte el corazón y curarte, y convencerte de que todo va a estar bien, que no hay mal que dure cien anos. Ojala pudíera cambiarlo, pero eso no me corresponde).
Hoy, por fin, se lo que busco y lo que no, y esta mañana me cayó el veinte (como vulgarmente se dice) que no se cuándo te vuelva a ver, que no sé la fecha en la que vuelva a tocarte la cara.
Por primera vez, siento tranquilidad y paz porque decidí no forzar la realidad en la que vivo, y juro no pedirte nada extra. Es sólo la joda de esperar la que me mata, la que me obliga a morderme la lengua para que no se escape lo que siento y asi los demás no piensen que estoy loca. Juego con la idea de que tú y yo somos el uno para el otro, y hace años, cuando lloraba por tí, que imaginaba este momento. Sabía que algún día regresarías. Pasaron ocho años, pero al final sucedió, que es lo que cuenta.
Yo? Yo doy todo por otra noche como la del sábado, por olerte y por contar las pecas de tu espalda, por ver tu sorisa en la mañana... Que daría yo!
No pude dormir bien esa noche, ni la noche siguiente, ni toda la semana pasada. He estado despierta sin poder soñar, esperando otro encuentro, que no sé cuando llegará.
r-r
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